jueves, 19 de noviembre de 2009

Maqueteo del viernes

Yo pongo mi casa para echar el maqueteo el viernes. Creo que para esa fecha, lo que podemos tener, seguro, es un dibujo de los planos. Para la maqueteada tenemos queconseguir un lugar donde corten espejos de medidas determinadas. yo pongo los epejos. por lo pronto, lo que podemos hacer es empezar a sacar los planos por computadora para generar el libreto de trazo, con el texto en mano. Propongo que nos veamos en la fac y de ahí nos movemos a mi casa. Les late?

lunes, 26 de octubre de 2009

Pollito

La escena comienza en la posición final de la Secuencia 2: todos en el suelo, y Deni despertando.

Deni se levanta y camina hacia proscenio, donde hay una jaula con un patito, y un martillo. Antes de llegar a donde se encuentra la jaula, hace un además de silencio hacia el público. Se sienta en proscenio. Saca al patito de la jaula. Lo sostiene en una mano, y el martillo en la otra. Empieza a improvisar, un texto que toca los siguientes puntos:

· Presentación

· Nos dijeron: Poe, y quisimos leerlo desde nuestra perspectiva. No queríamos contarles actuado un cuento de Poe, creemos que podemos hacer algo mucho más real.
· Leer a Poe nos provocó muchas cosas. Nos hizo pensar en nuestros amores, nuestros sueños y nuestras muertes.

· No queríamos hablar de un amor grandilocuente sino del amor que sentimos nosotros, como lo sentimos
· Queríamos no sólo hablar de la muerte sino desentrañarla, enseñarla como es de verdad. Por eso trajimos al patito.

lunes, 19 de octubre de 2009

Si es así

Si es así,

¿por qué seguir preguntándonos por nosotros, nuestras vidas?
¿Por qué seguir midiéndonos con arena y manecillas?

La respuesta sería no tener nada más que preguntar.

Si el sol para nosotros es medida y no pura vida
¿para qué seguir preguntándonos?

Si tenemos contados los amaneceres y las noches,
¿para qué seguir midiéndonos?

Habría que encontrar un juego sexual de todos los días
como la noche y la neblina,
olvidarnos de nosotros mismos mientras lo jugamos,
de nuestras preguntas, medidas, respuestas y muertes,
y no pensar en nada más
y florecer,
y extrañar,
y fornicar,
y todos los amaneceres y todos los anocheceres
y rojo y verde y el minuto y el segundo

No podemos perder el tiempo



no podemos perder el tiempo


en esperas
                                    en ilusiones
en risas
                                    en compasiones
en llantos
                                    en maldolores
en miedos
                                    en maldiciones

no podemos perder el tiempo

en minutos
                                    en diluvios
en disturbios
                                    en preludios
en fastidios
                                    en discursos

no podemos perder el tiempo

ni en ti
                                    ni en mí
            ni en ti y en mí

no podemos perder el tiempo

en tiempo
                                    en tierra
en viento
                                    en agua
en vida

no, podemos perder el tiempo

en canciones
                                    en amores
en colores
                                    en sabores
en pasiones
 no podemos perder

no podemos perder el tiempo

ni en ti
                                    ni en mí

ni en ti y en mí no podemos perder

en ti y en mí
                                    el tiempo
           
no podemos perder

Tumba de Fernando Pessoa (versión para teatro)

tres meses (más o menos)
para llenar un cuaderno de letras.

un año o dos 
para no estar de acuerdo 
con lo que fuiste 
un año o dos antes.

no es un problema de tiempo,
porque el tiempo no existe.
es un problema de presente.

quién somos y cómo somos 
lo que somos.

doblegarnos
a nuestros propios límites.

nos queremos tanto 
que después de la muerte 
seguimos venerando 
nuestros viejos huesos 
en nuevos mausoleos.

¡qué estupidez!


trascendemos a nuestros muertos
buscando nuestra propia
trascendencia en la muerte.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Las lágrimas y el mar. Deni y Hugo


Las lágrimas y el mar




Quiero una despedida

¿Cómo decías?

Un último trámite burocrático

Quiero una última cogida contigo

dos
tres

Quiero despedirme una vez más

Si pudiera me despediría de ti todas las noches

Imagínate no tener una última noche
sino que cada noche fuera la última

Abrazarnos antes de dormir
como si paseáramos al borde de un barranco
siempre a punto de caernos

Darte un beso en la frente
como si todas las noches
la cobija que te cubre
fuera un féretro cerrándose

Quiero que el mundo se cierre encima de nosotros
Quiero que el mundo nos deje sepultados
Quiero enterrarme todas las noches junto a ti

y tenerte muy cerca

y tocarte

y llorar

¿Quién fue el pendejo que dijo que llorar es malo?




Sí, depende de las lágrimas, de las causas y las consecuencias.
Y depende también del tiempo,
pero llorar es bueno cuando tus lágrimas se resbalan por los cachetes de otra persona.

Cuando cada uno empieza a llorar las lágrimas del otro.

Quiero que todas las noches mis lágrimas se escurran entre tus comisuras y goteen de tu barbilla.

El mundo sería un mejor lugar si todos lloráramos con las lágrimas de los demás.

Por eso el agua del mar es tan salada.





 

El corazón. Giovanni y Paulina.

El corazón




Uno habla de corazones, pero la verdad es que los corazones son horribles. Pensar que la vida, el amor y la muerte se manifiestan en este pedazo de carne… ¡Asqueroso!

Uno dice cosas como: te doy mi corazón, o, mi corazón te pertenece. Cuando dicen eso, habría que responder: ¿y yo para qué quiero ese pedazo asqueroso de carne?

Lo peor es que la gente también te pide el corazón, dicen: quiero que me ames con todo tu corazón.
Muy fácil. ¿De verdad lo quieres? ¡Anda, tómalo! ¡A ver qué haces con él.

Creo que es mucho más fácil regalar una flor. Una flor es bonita, por lo menos. Huele bien.

Aunque sí hay algo en común entre el corazón y la flor. Cuando uno regala la flor, ésta comienza a morirse. Por más que la pongas en agua, en tierra, en lo que sea, esa flor se va a morir. Pronto.

Y, bueno, uno no puede nada más sacarse el corazón y regalarlo, porque…

¡Bueno! Y aunque uno no regala el corazón de verdad, cuando estás convencido de que puedes regalárselo a otra persona, también comienzas a morirte poco a poco.

Es como si tu corazón en realidad saliera de tu pecho. Si sigue latiendo o no, si vives o mueres, ahora depende de otra persona.

Finalmente, todos nos morimos así.

Porque, en sentido literal o metafórico, uno al final se da cuenta de que un corazón es un trozo de carne horrible que nadie puede querer de verdad. Es estúpido.

-Yo lo quiero. Es hermoso.

¿En serio? Está horrible, míralo. Está muy cansado. Ya casi no late. Luego no lo vas a querer y yo me voy a morir.

-No, de verdad, es hermoso. Creo que amo tu corazón. Toda mi vida estuve esperando encontrar un corazón así, que lata junto al mío. ¡Dámelo! Lo voy a tener calientito, lo voy a querer siempre. Estuvo mucho tiempo solo, y por eso ya casi no late, pero yo lo voy a cuidar. Lo voy a poner debajo de mi almohada todas las noches y luego voy a soñar con él. Le voy a dar un pedacito de mi vida todos los días hasta que vuelva a latir.

Está bien.

Él se queda sonriendo. Ella se aleja con el corazón en la mano, feliz, enamorada, pero cuando termina de cruzar el escenario, lo mira.


-¡Qué horror! ¡Un pedazo asqueroso de carne!



Lo tira al suelo, lo pisa y lo patea. Él muere.